Así como en el arte del cortejo, existen técnicas para poder conquistar a tus clientes. Cuando vendes, igual que en el amor, tienes que saber coquetear con el cliente, y ganártelo para que compre tus productos o adquiera tus servicios.
Pero, ¿en qué radica la diferencia entre un galán y unvendedor? A continuación, te las explicamos.
- El galán identifica a la persona que quiere abordar, mientras que el vendedor identifica a quién ofrecerle algo.
- El galán planifica como será su estrategia de seducción, mientras que el vendedor su estrategia comercial.
- Ambos establecen un contacto inicial con la persona a seducir o con el prospecto de cliente.
- El galán detecta lo que le gusta a la persona y el vendedor identifica sus necesidades.
- Mientras el galán seduce a la persona, el vendedor la convence de los beneficios de sus productos.
- La persona abordada acepta la relación y el cliente realiza la compra.
- En ambos casos se mantiene una relación, ya sea con la pareja o con el cliente.
A lo largo de ambos procesos se reciben distintas señales de comunicación que hacen que te des cuenta de lo que está pensando la otra persona y que ayudan a trabajar sobre la marcha para seguir ofreciendo tu producto de la mejor manera.
Si comienzas a ver que al cliente no le interesa lo que vendes, deberás cambiar de estrategia rápidamente y convencerlo de que lo que ofreces es algo que él verdaderamente necesita y que va a serle útil. Con ello puedes lograr que lo pruebe y, si queda satisfecho, que lo siga comprando.
Como a toda pareja, al cliente no le gusta que le mientan. A la hora de ofrecer tus productos y explicarle sus bondades, jamás les atribuyas una característica que no posean, con el objetivo de hacer que los compren. Puesto que si el cliente se siente engañado, no volverá a comprar tu producto y la fidelización se romperá. Además, este incidente podría producir una publicidad boca a boca negativa para tu negocio.
No sólo se trata de caerle bien a tus clientes, sino de demostrar que tu producto es de calidad y que va a satisfacer sus necesidades. Una vez que tienes una relación más cercana con tu cliente tienes que utilizar la retroalimentación, para poder conocer acerca de los defectos y virtudes que perciben en tu producto. Así, podrás ir mejorándolo y consiguiendo más clientes.