Por lo general, esta nueva era implica nuevas formas de colaborar y de servir al cliente, por lo que las empresas deben empezar a preguntar a los clientes qué es lo que quieren y acercarse lo máximo posible a esos deseos para poder interactuar con ellos.
Es un hecho que cada vez más y más compañías se están dando cuenta de esta necesidad de “conectar” con el cliente y por eso gastan más tiempo y dinero en intentar conocer a sus consumidores. Mantener satisfecho a un cliente nunca ha sido tan importante como ahora, un momento en el que cualquier mal comentario afectará a la compañía debido a lo rápido que se puede extender tanto a través de las redes sociales como por amigos y conocidos que también hablen de ello en la Red.
Así, a pesar de que las empresas entienden ese nuevo poder concedido a los consumidores, el objetivo sigue siendo a largo plazo: quieren asegurarse de que la experiencia del consumidor sea la mejor posible para evitar reclamaciones, tanto públicas como privadas.
Con estas nuevas expectativas de los clientes de cara a las empresas, podemos dividir a los usuarios en grupos, no de edad, sexo o raza sino en comportamientos y motivaciones. Esta división ayudará a que sepamos cómo tratarles.
Los consumidores pueden interactuar con la marca de muchas maneras pero entender de qué manera desean hacerlo es lo que importa. Ofrecer tiempo y esfuerzo para que la experiencia del usuario sea de calidad aportará a la empresa una salud mejor, clientes más felices y una buena reputación porque la experiencia del usuario importa.
Fuente: Puro Marketing